Hace unos sábados preparamos un ternero ecológico para congelar y tener carne de calidad durante toda la temporada. Fue en casa de mi vecina —más maja que un sol—, que nos enseñó a envolver bien la carne para conservarla perfecta. Entre cortes y cuchillos (el carnicero me chivó más de una cosa que no sabía sobre la carne y sus cortes), me acordé del sebo . Y como no me gusta desperdiciar nada , decidí aprovecharlo. Antiguamente, todas las grasas —animales o vegetales— se reutilizaban, entre otros fines, para hacer jabón. El plan: limpiar y preparar el sebo de vaca para elaborar jabones cosméticos combinándolo con aceites vegetales. Nuestro primer experimento: un jabón de cacao puro y leche fresca que quedó de lujo. A continuación en la siguiente foto.
Jabones decorativos para regalar