Brevísima historia del jabón
Como hoy tengo un poco más de tiempo de lo habitual y ya había comenzado a escribir esta entrada hace tiempo voy a darme el gusto y terminarla.
Se trata de una brevísima historia del jabón, pues cuando un@ tiene interés en algo , al final termina por buscarse la información él o ella misma... Así que os dejo un resumen aderezado con imágenes y si os interesa el tema podéis ir buscando información por Internet o en los enlaces y libros que os recomendaré al final del post.
Como ocurre con muchos inventos, no está claro cuando ni donde se inventó el jabón, pues fueron muchos los pueblos que en diferentes lugares comenzaron a utilizarlo. Esto ha pasado a lo largo de la historia con muchos inventos, novelas, ideas, es un fenómeno curioso del que había leído hace tiempo, pero ahora no puedo recordar donde, seguramente en algún libro de antropología (por si os interesa).
Antes de que se descubriera el jabón se usaba una planta, la saponaria, capaz de producir espuma al golpear los tejidos contra las piedras, realmente eficaz para limpiar los antiguos tapices, pero que con el paso del tiempo y los nuevos descubrimientos se quedó relegada debido a que el jabón moderno era mucho más eficaz y requería menos esfuerzo. En otros países se utilizaban otras plantas que también tenían saponinas como principios activos, o incluso otras formas de limpieza que ahora nos parecerían bastante curiosas, lo podéis leer aquí: Alternativas al jabón en la antiguedad y en la actualidad y otras formas de limpieza.
Se piensa que la palabra jabón proviene del latín tardío sapo, -ōnis, y este del germánico saipôn.
Según la leyenda romana el jabón fue descubierto por los esclavos que lavaban las prendas de sus señores en las laderas del monte Sapo, en donde la grasa de los numerosos sacrificios animales se mezclaba con las cenizas de la madera de los fuegos ceremoniales, creando pequeños riachuelos que bajaban a lo largo de la colina. Según cuentan, los esclavos notaron que el agua del río situado junto a la montaña tenia propiedades de limpieza más eficaces que las de otros lugares.
Según la leyenda romana el jabón fue descubierto por los esclavos que lavaban las prendas de sus señores en las laderas del monte Sapo, en donde la grasa de los numerosos sacrificios animales se mezclaba con las cenizas de la madera de los fuegos ceremoniales, creando pequeños riachuelos que bajaban a lo largo de la colina. Según cuentan, los esclavos notaron que el agua del río situado junto a la montaña tenia propiedades de limpieza más eficaces que las de otros lugares.
Pero esta teoría tiene sus detractores, ya que se cree fue inventada de forma tardía debido a la similitud fonética de las palabras. Este argumento se defiende debido a que en la leyenda se dice que el monte Sapo estaba cerca de Roma, y sin embargo ninguna fuente griega ni romana lo nombra o alude en sus tratados. Por otro lado las conclusiones también se apoyan en las pruebas de que los romanos consumían la carne y la grasa de los animales sacrificados quemando únicamente los huesos y la piel para ofrecérsela a los dioses.
Otros defienden que el jabón de Alepo fue el primer jabón sólido del mundo. Este jabón a base de aceite de oliva y laurel se elabora desde hace más de 2.000 años en la ciudad de Alepo (Halab), en Siria. Dicen que como consecuencia de las cruzadas se extendió por todo el Mediterráneo, apareciendo después sus nuevas versiones en diferentes países: el jabón de Marsella en Francia, el de Castilla en España, el Azul y blanco en Portugal…
Existen documentos que hablan de una tablilla de arcilla (anterior al jabón de Alepo) encontrada en Mesopotamia, en la que está anotada una receta para la elaboración de jabón a base de aceite y potasa. En este caso se describe un jabón que era usado para limpiar y tratar lana y piel. Pues aunque hoy en día nos parezca extraño, se tardó mucho tiempo en usar el jabón directamente sobre la piel debido entre otras cosas a los rudimentarios métodos de elaboración. Afortunadamente hoy podemos calcular con extremada exactitud la cantidad de componentes necesarios para elaborar nuestras propias pastillas de jabón y adecuarlas a nuestro tipo de piel personal. Jabones como estos:
También se tiene constancia del uso de los jabones en los pueblos galos, utilizados sobre todo para dar brillo al cabello, encontramos en escritos de Plinio el Viejo descripciones sobre como fabricaban el jabón con sebo y ceniza, obteniendo los mejores resultados con ceniza de haya y sebo de cabra. Mediante este procedimiento se podían obtener dos clases de jabón: el líquido y el espeso. Hoy sabemos que este tipo de jabón se forma gracias al alcali formado por la potasa de la ceniza.
Como curiosidad mencionar que en Antiguo Testamento se habla de artículos para la higiene personal relacionados con el uso de jabones.
Si quieres saber más sobre jabones puedes hacer clic en el siguiente enlace: Artículos sobre jabones en Sol, agua, tierra.
Fuentes:
Libros para leer, aprender y obtener recetas:
Elaboración de jabones artesanales - Paola Romanelli.
El libro del jabón artesanal - Melinda Coss.
Jabones esenciales - Robert S. McDaniel.
¿Como hacer jabón? - Kalia Westerman.
Guia práctica para hacer jabón - Susan Cavitch.
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